ANCLA Y ARENA
No mires más la sombra en el ocaso sino la luz del crepúsculo
llegando hasta tus ojos.
Quizá debas partir dejando un desconcierto más allá del amor
y realidades.
Caminante serás llegando hasta la altura y dejarás atrás el
andamiaje de mucho amor e incertidumbres, sembradas en palabras y locuras.
Sigue tu paso sin el miedo de congelar el frío que les
llega, reconforta tu andar, trasiega, y deja que la brisa transfigure el roto eslabón
de una quimera.
No dudes más, Tú siempre seguirás entre sus venas y por tanto no habrá olvido; debes seguir por
tu camino mientras morir viviendo ella no quisiera.
Tal vez mañana presientas que aún existe, que divagaste
entre pasiones y ternuras; Tal vez mires
atrás para encontrarla como encuentra la mar sus propias olas.
Ella es la arena sin fondo, que absorbe la pasión, entrega y
pensamiento en que te atañe, y será siempre tu ancla, a pesar del agua que la
bañe.
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